mayo 01, 2007

cabeza de tele a la vista





Iba caminando por el sector de El Remanso en el Arrayán. Iba con mi papá. Era de noche, no recuerdo la hora, era de noche. Alguien más venía con nosotros. Años 70, debo haber tenido unos 5 o 6 años. De pronto vi pasar un bola naranja en el cielo, a la altura de los cerros aledaños, que iba de poniente a oriente, como subiendo por el río Mapocho . Todo el sector se iluminó con ese color. Deben haber sido unos pocos segundos, 4 o 5 no mas que eso.
.- ¿Papá que es eso?
.- Un satélite hijo.
Después de eso soñaba muy seguido que miraba por el balcón de la pieza de mis viejos en dirección a un bosquecillo de pinos que había cerca. Era de tarde, luz azulada casi de noche, invierno. Un viento tibio movía la copa de los árboles. De pronto alzaba la vista y el cielo gris oscuro estaba repleto de luces de muchos colores. Eran muchos satélites de todas formas y tamaños. Los colores eran preciosos.
Es el primer sueño que tengo conciencia que se me repetía y repetía, siempre de igual forma, y siempre en colores que maravillaban (así como en la película encuentros cercanos).

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